Desde 1990, como resultado de las reformas neoliberales, ha habido un auge minero en México, sin precedentes desde la época colonial y desencadenado principalmente por las inversiones extranjeras. Desde el año 2000, se han otorgado más de 25,000 concesiones mineras en todo el país, lo que representa aproximadamente una quinta parte de su superficie. Actualmente hay alrededor de 750 proyectos mineros (70% en etapa de exploración), de los cuales más del 60% apuntan a oro o plata. Los mayores beneficiarios de esta nueva fiebre del oro han sido un puñado de compañías mineras canadienses, que poseen alrededor del 80% de estos proyectos. Irónicamente, las compañías mineras extranjeras han extraído hasta tres veces la cantidad de oro, y al menos más de la mitad de la cantidad de plata, en los últimos 20 años, que la cantidad que España extrajo durante 300 años de dominio colonial.
