El Proyecto del Billón de Agaves y la Captura de Carbono

Vía Orgánica

06/29/2021

El desarrollo de sistemas agroforestales y silvopastoriles que integren agaves puede ser una alternativa económica de manejo regenerativo en los territorios áridos y semiáridos de México, ya que la resiliencia y adaptabilidad de este grupo de plantas a factores climáticos sumado a la multiplicidad de productos derivados conocidos y potenciales (por ejemplo ensilado de penca como alimento para rumiantes, fibra para alimentos de mascota, inulina alimenticia, materia prima para mezcal o fuente de pulque entre otros) ofrecerán alternativas económicas locales a quienes toman decisiones sobre estos territorios. Sin embargo, el maguey presenta la característica que toma varios años en crecer y alcanzar un tamaño comercial, pero esto es precisamente lo que lo hace perfecto para integrar en sistemas agrícolas no convencionales como lo son por ejemplo callejones de cultivos comerciales entre filas de maguey, o callejones de pradera de pastoreo planificado entre filas de maguey, la cual podría incluso asociarse en la totalidad de las parcelas con otros árboles leguminosos como huizache, mezquite, palo dulce y tepame; los cuales además de aportar nitrógeno, proporcionan madera de usos varios, y, en el caso del mezquite, la vaina puede ser procesada como producto de consumo humano o animal con un contenido de proteína de alrededor del 11%. Si se incorporan técnicas de diseño hidrológico como línea clave o curvas de nivel y le sumamos un poco más de diversidad vegetal como herbáceas nativas, una amplia variedad de nopales silvestres y cultivados para tunas y como verdura o forraje, enredaderas y hongos comestibles y/o micorrícicos, y si planificamos su aprovechamiento de acuerdo a las características y ciclo de vida de las plantas para llegar a un sistema maduro, con una biomasa y función ecológica relativamente constante de año a año, y un impacto relativamente pequeño en su aprovechamiento, entonces además de los beneficios comerciales tradicionales dependientes de enajenación de la biomasa, podemos aprovechar mecanismos financieros de valorización de servicios ambientales, por ejemplo, reducción de la erosión, retención e infiltración de agua, hábitat de especies, y regulación del clima mediante la captura de carbono.

En el caso de este último mecanismo, existen actualmente mercados y regulaciones que definen qué proyectos pueden participar y bajo qué condiciones. Uno de los criterios es que una entidad registrante de captura de carbono oficial reconozca una metodología de acuerdo al tipo de sistema ecológico. En ese sentido, el trabajo conjunto de Hudson Carbon y Vía Orgánica se concentra en colaborar en el desarrollo de herramientas confiables y de código abierto para ecosistemas manejados que integren magueyes, especialmente en las zonas áridas y semiáridas de México y el Sureste de USA.

Para el desarrollo de dicha herramienta se están llevando a cabo muestreos físicos de tejidos de biomasa aérea así como del suelo para medir mediante muchas réplicas, y aplicando el método científico, el contenido de carbono en las plantas y su evolución en el suelo. Estos datos medidos en campo se estarán asociando con vuelos con drones y/o satélite y el procesamiento computarizado de las fotografías aéreas que estos generen nos pueden resolver un valor estimado de carbono por pie en la parcela. Esta técnica de medición tiene el potencial de ser más costo-efectiva y más exacta que la medición manual, por lo que generaría mayores ingresos para los beneficiarios de la parcela.

El desarrollo de esta herramienta es extremadamente importante pues abre laspuertas al financiamiento inicial de un aprovechamiento potencialmente sustentable y regenerativo de los ambientes más frágiles (baja precipitación pluvial) de nuestro país y del mundo.

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